martes, 28 de junio de 2011

La violencia como factor de riesgo psicosocial.

Desde FETE-UGT, hemos llevado a cabo un estudio sobre la violencia  como factor de riesgo psicosocial, en el que aparecen las distintas situaciones de violencia que se producen en los centros escolares de Enseñanza Secundaria.Cuando hablamos de violencia nos referimos al comportamiento deliberado que provoca, o puede provocar, daños físicos y/o psíquicos a otras personas por lo tanto estamos no sólo de agresión física, sino otras conductas como insultos, vejaciones amenazas y todo tipo de situaciones que sean capaces de intimidar o "violentar" a las personas que las sufren.

Todo esto concluye en el clima de trabajo "peligroso" que se percibe en los centros escolares por un gran número de trabajadores de la enseñanza. El 40% de la población encuestada  admitía niveles de estrés percibido alto o muy alto. Esto se produce, fundamentalmente, a la conducta del alumnado en su relación con el profesorado y a los distintos comportamientos; en forma de insultos, agresiones y maltrato psicológico que se daban entre los propios alumnos. La gestión de este problema es fuente de malestar y estrés.
La disrupción en las aulas constituye la situación  que se produce con más frecuencia, puesto que el 34,1% afirman sufrirla  con mucha frecuencia, es decir,todas las semanas y un  56,5% con cierta frecuencia. Estamos hablando de, al menos, mensualmente.
¿Qué entendemos por disrupción?
La situación producida en el aula en la que algunos alumnos impiden  con su comportamiento, el desarrollo  normal de la clase.
Una situación, muy común, quién no tuvo que emplear cada vez más tiempo para controlar la disciplina y el orden en clase, produciéndole con toda seguridad un progresivo desgaste psicológico.
La disrupción es el primer eslabón que nos lleva  a situaciones de indisciplina más graves. Comienza con faltas de educación, contestaciones, situaciones de boicot pasivo e, incluso, insultos, otra clase de violencia, en este caso verbal.
Esta escala del conflicto puede ir creciendo hasta generar situaciones de violencia más grave.
Aparecen las agresiones físicas directas al profesorado por parte de alumnos o sus familias en un nivel muy escaso.El  7,4% de los encuestados  admitió haber sido agredido físicamente alguna vez , mientras que casi el 2% afirmó  haberla sufrido con cierta frecuencia.
Hemos de destacar que "solo" un pequeño porcentaje  del profesorado reconoció  haber sufrido una agresión  física.Pero no debemos olvidar que la sola posibilidad de sufrir una agresión genera niveles altos de estrés o muy altos a más de la mitad de los encuestados.
Otra cuestión que manifiesta la encuesta es la inmensa mayoría de los preguntados  admite haber observado con mucha frecuencia entre el alumnado comportamientos  como insultos, agresiones físicas, maltrato  psicológico u hostigamiento sexual.
Estas  manifestaciones, y sobre todo, la gestión de los problemas de convivencia  que surgen entre los propios alumnos. Estresan al profesorado tanto como cuando se producen en su persona. 
El estrés  es una reacción del organismo a una situación de amenaza y es susceptible de producir trastornos  para la salud en diferentes grados: trastornos musculares, ansiedad, depresión, síndrome del quemado, etc.
Podemos concluir que la violencia en los centros escolares es un factor  de riesgo, por lo tanto estamos ante la posibilidad de que un trabajador  sufra un determinado daño derivado de su trabajo, y está claro que la exposición a niveles de estrés puede producir, y realmente  produce, un daña a la salud.