miércoles, 7 de septiembre de 2011

CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO VEAS PELAR, PON LAS TUYAS A REMOJAR

El sabio refranero español  nos aconseja que aprendamos de las cosas que les ocurren a los demás para estar prevenidos.
Pretendo, con este artículo, acercar el debate sobre los recortes  que algunas comunidades autónomas quieren aplicar a la enseñanza pública en este curso que acabamos de empezar. Busco también, el apoyo, la comprensión y, si me lo permiten, la complicidad de toda la sociedad asturiana para con los docentes en particular, y para con todo el sistema educativo en general. El docente necesita ese reconocimiento de la sociedad a la que sirve.

En estos tiempos la austeridad es necesaria, sobre todo, si sólo se piensa en los mercados y en los especuladores. Es evidente que no se puede gastar lo que uno no tiene, pero también es evidente que se puede gastar mejor, véase la propuesta del candidato Rubalcaba respecto a las diputaciones provinciales. No quiero entrar ahora en el tema de la estabilidad presupuestaria porque eso me llevaría a otro artículo. ¿Hay que hacer recortes? ¿En educación? Sinceramente, creo que se puede subir casi cualquier impuesto y se puede llevar a cabo, casi cualquier recorte, pero la educación debe ser intocable.
La educación es una inversión de futuro y no un gasto como  piensan la mayoría de los neoliberales. Nuestro Ministro de Educación dijo algo, a mi juicio, muy acertado: “invertir en educación es caro pero no invertir lo es aún más”. La educación, la buena educación, la de calidad, nos sacará de la crisis. La educación de calidad que desde FETE-UGT defendemos no es la de los alumnos con nivel de excelencia en su rendimiento académico. La excelencia es siempre un término relativo, todo el mundo lo sabe, el objetivo de la educación pública que aquí defendemos es la extensión de un alto nivel medio educativo para toda la población, distribuido de manera homogénea. Y ello exige inversión.
La última propuesta es el incremento de dos horas lectivas más para los profesores de secundaria. Conviene explicar a todos los ciudadanos que esto es un recorte más, y que inevitablemente afecta, y de una manera grave, a la calidad de la enseñanza. Conlleva, además, la supresión de muchas plazas de funcionarios interinos, la eliminación de los desdobles, reducción de optativas, cierre de bibliotecas y otros servicios, reducción de guardias, eliminación o reducción de las actividades complementarias y extraescolares, aumento del número de alumnos y alumnas por clase, menor disponibilidad de los equipos de orientación educativa y profesional, etc.
Entre el paquete de recortes se incluye también, algo que a mi juicio es especialmente grave: la disminución de las horas de tutoría tanto con padres como con alumnos. Hay que tener un desconocimiento próximo al absoluto para no comprender que las tutorías son la herramienta fundamental para prevenir conductas de riesgo, mejorar la convivencia y crear un ambiente adecuado que permita el desarrollo educativo y personal de los alumnos.
Todos estos recortes se están planteando además, en  un contexto en el que se desprestigia la labor docente con comentarios que, además de ser injustos, no son ciertos. Los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza no trabajamos poco. Los docentes no somos unos privilegiados, hacemos un trabajo complejo y difícil. Nuestro trabajo no se circunscribe al horario de clase, como, supongo que  tampoco el trabajo de un parlamentario se circunscribe única y exclusivamente a las sesiones plenarias. Nuestra jornada laboral es de 37.5 horas de las cuales, una parte, son de docencia directa, otras, de permanencia en el centro, y  otras, son  horas de preparación de clases, actividades, pruebas objetivas, corrección, etc. No sólo trabajamos en las horas de clase, sino que realizamos un gran número de actividades que hacen que  el fracaso escolar disminuya.
Es una actitud bastante cínica apoyar el fortalecimiento de la imagen del docente, recuperando su autoridad mermada, y a las primeras de  cambio lanzar a los pies de los caballos a todos los trabajadores de la enseñanza mandando un mensaje equívoco de que trabajamos poco.
¿Por qué este acoso y derribo contra el docente? ¿Qué se quiere?, ¿una educación libre? ¿Una educación sólo para el que pueda pagársela? O, ¿son los mercados los que quieren un ciudadano que no piense, que no critique, que no argumente, que sólo consuma?
Es mucho lo que nos jugamos; los docentes siempre hemos dado muestras de nuestro compromiso y siempre nos hemos movilizado, y así seguiremos, cuando se nos ataque nuestra dignidad como trabajadores, y aún con más empeño si es la calidad de la educación la que está en juego.
Todos juntos deberíamos defender nuestro Sistema Educativo, porque no se trata de un ataque al profesorado. No deberíamos mirar hacia otro lado, como si esto  no fuese con nosotros. La crisis es la disculpa para acabar con el estado del bienestar y dentro de éste con la Educación Pública. Lo curioso es que todos los gobiernos, sean del signo que sean, colocan la Educación como una prioridad de gobierno y presupuestaria, por lo menos en sus programas electorales: Lástima que esa prioridad dure lo que dura la campaña electoral.
En Asturias,  en estos momentos,  no estamos sufriendo esta agresión. Quiero pensar que no son las próximas elecciones del 20N y la pretensión de Foro Asturias de concurrir a las mismas, la razón de la relativa calma en el panorama educativo asturiano. Si así fuera, los docentes  y toda la sociedad asturiana deberán responder, de manera clara e inequívoca, en defensa de nuestro sistema educativo, pues es la formación de los ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI la que está en juego. Los docentes necesitamos el apoyo de la sociedad: La sociedad necesita una educación de calidad, está en juego nuestro futuro.
Desde aquí animo a todos y a todas a apoyar cualquier movilización presente o futura que tenga por objeto la defensa de la calidad de la enseñanza.