viernes, 3 de febrero de 2012

¿QUIÉN ASESORA AL MINISTRO?

Seguimos analizando la comparecencia del Ministro de Educación:

Es una máxima, y sobre todo en educación, el deseo de todo político de pasar a la historia. La mayoría absoluta del PP quizá convierta esta tendencia en generalizada a todos los ámbitos de gobierno.

Con el nuevo Ministro vamos de sorpresa en sorpresa, y es seguro que no será la última. Menudos dos días lleva: en su primera comparecencia  abre una auténtica caja de Pandora, y al día siguiente, en la cadena Ser, miente o manipula, lo que ustedes prefieran.


Es mi intención hoy hablar de la sustitución de la materia de Educación para la Ciudadanía. Cierto que tal pretensión estaba incluida en el programa electoral del partido gobernante, pero lo que más ha llamado la atención son los argumentos utilizados para justificar este cambio. No porque fueran desconocidos, sino porque son los utilizados desde los sectores más ultraconservadores de este país. No es extraño, por tanto,  que sean estos colectivos los que  hayan aplaudido con más entusiasmo el anuncio de la medida.

En opinión del Ministro, la Educación para la Ciudadanía ha estado acompañada por la polémica porque adoctrina ideológicamente, divide a la sociedad y no responde a las directrices del Consejo de Europa al no ser una materia basada en verdaderos valores democráticos. La acusación del adoctrinamiento es especialmente rechazable pues hace un flaco favor a la profesionalidad de nuestros docentes.

Desconozco en qué principios objetivos se basa el Ministro para suscribir tales afirmaciones cuando la realidad es otra. “Educación para la Ciudadanía” se está impartiendo  con absoluta normalidad, El Tribunal Supremo ya sentenció que esta materia no vulnera el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación moral que ellos deseen, y el contenido de la materia recibió el aval del Consejo de Estado en el año 2006. Sin duda, esta propuesta traerá crispación sobre un asunto que ya estaba resuelto.

Los distintos contenidos que conforman el currículo de la materia son de, manera general: los derechos humanos, las instituciones democráticas, la Constitución, los derechos y deberes de los ciudadanos, la familia, el medio ambiente, etc.  ¿Temas extremadamente polémicos?

No sabemos qué ha sido de aquel ministro que presumía de centrista, que aspiraba a un gran pacto en educación y que, como alguien dijo referido a uno de sus colegas, parece entrar en el Ministerio como un elefante en una cacharrería. No quiero terminar este escrito sin referirme a un ejemplo, absolutamente inmoral,  utilizado por el señor Ministro al hacer referencia a un supuesto texto educativo de la editorial Akal que nunca fue homologado por el Ministerio de Educación como libro de texto. 

Aún debemos conocer el currículo de la nueva materia. Esperemos que nuestros gobernantes no se olviden de los valores, de apostar por una sociedad más igualitaria, en la que se respete la diversidad y en la que la solidaridad sea un pilar fundamental de la convivencia.

Sinceramente, y esto espero que se me entienda, creo que la sustitución de la materia es una cuestión menor, porque yo soy de los que piensan que la educación no es sólo una transmisión de contenidos. Se educa a personas y en esta maravillosa profesión existe un elemento primordial, al que curiosamente nunca se tiene en cuenta en cualquier reforma y que, sin embargo, es fundamental para el éxito de la misma, me refiero, como todos habéis intuido al profesorado. Que el profesorado sabrá educar en los ideales democráticos y cívicos, no me cabe la menor duda.



Fin del capítulo II.