viernes, 2 de marzo de 2012

HAY ALTERNATIVAS

Pues parece que no, que ni la sociedad española, ni la asturiana, están dormidas, que no consideran que no haya alternativa, que no piensan que los gobiernos no pueden hacer otra cosa. Los gobiernos sí pueden hacer otras cosas, y así se lo hemos dicho los pasados 19 y 29 de febrero, a través, de una manifestación y una concentración, miles de personas, a quienes tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el curso de los acontecimientos. 

La respuesta en las calles asturianas, primero en Gijón y después en Oviedo, ha sido de las más contundentes a nivel nacional, aunque esto suele ser habitual, no por ello debemos dejar de felicitarnos todos, una vez más. La presión ya es muy alta, los más jóvenes jamás habían visto tanta gente en la calle, pero va creciendo, y no tengo la menor duda, de que el próximo día 11 será aún mayor.

El proceso será largo y duro, pues el ataque es de una virulencia nunca vista. Las organizaciones sindicales mayoritarias sabemos a qué nos enfrentamos e intuimos que lo peor aún está por venir, aunque sea difícil imaginarse algo peor que las últimas medidas adoptadas por los distintos gobiernos de derechas de este país.

Que los gobiernos están al servicio de los ciudadanos todo el mundo lo sabe, quizá sólo los políticos que nos gobiernan sean los únicos que lo desconozcan, pero en nuestra mano está el sacarles de su error. Alguien dijo que en el mundo hay dos superpotencias, una es los EEUU y otra la opinión pública. La opinión pública somos todos nosotros, y nuestra capacidad es muy superior a la que habitualmente nos atribuimos. Es posible que estos “malos tiempos” que nos ha tocado vivir, sirvan de revulsivo para que seamos capaces de poner sobre la mesa nuestro verdadero poder.

Distintos medios de comunicación se están haciendo eco de la posibilidad de una huelga general, Mariano Rajoy fue el primero. A los trabajadores, por lo menos, no nos gusta la idea, a nuestros gobernantes no lo sé, pero nadie ha dicho que esto fuera a ser fácil. Si al final este hecho se presenta como inevitable, la respuesta debe ser clara e inequívoca, porque nada está perdido, porque es mucho lo que nos jugamos, porque nosotros, y no otros, hemos de ser responsables de nuestras vidas, y porque la historia está llena de ejemplos en los que la respuesta popular ha obligado a rectificar al gobierno de turno.

Desde aquí quiero animar a todos y a todas a seguir participando en las movilizaciones que, desde distintos ámbitos, se convoquen. Mantener la presión nos dará los resultados que todos estamos buscando. Nos vemos el próximo día 11. El objetivo, que seamos más.